Agua de glaciar Titlis, filtrada 15 000 años bajo hielo a 2 000 m. Su pureza realza los aromas botánicos y deja un final sedoso, sin dureza.

Destilamos a 25°C para preservamos los ésteres frutales que se pierden en alambiques tradicionales. Más sabor, menos pérdida de alcohol.

Maceramos los botanicos con ondas de 40 kHz que rompen las células botánicas en minutos: extraemos esencia pura sin oxidar los aceites volátiles.

El alcohol es a base de Centeno con denominación de origen ha grano local, trazabilidad total y huella de carbono mínima.

Esto no se esconde en un mueble bar. Vidrio grueso o metal que pide atención. Tapón que suena a promesa cumplida. Cada detalle tiene un porqué. Cada línea, un carácter. No hay concesiones. Ni falta que hacen.

Minimalista, sobrio y con más presencia que muchos regalos caros. Nuestro estuche no se tira: se guarda. Porque cuando algo vale la pena, se presenta como tal. No hace ruido. Pero cuando llega, se nota.

No vamos de verdes. Lo somos. Materiales reciclables. Proveedores cercanos. Producción local. Porque hacer las cosas bien no es una opción, es una obligación.Y sí, se puede ser sostenible sin ser aburrido. Esta ginebra lo prueba.