Aquí no vienes a elegir un regalo. Vienes a crear uno que aún no existe.
No hablamos de una simple ginebra personalizada. Hablamos de algo mucho más profundo: capturar la esencia de alguien en una botella.
Porque esto no va de objetos, ni de etiquetas bonitas (aunque las nuestras lo son). Va de contar su historia con botánicos. De hacer una dedicatoria sin palabras, con aromas, con texturas, con carácter. Y de crear un regalo que deje claro que esa persona no es como las demás.
¿Cómo funciona?
1. Describe su esencia. 5 preguntas. Solo 3 minutos. No te preguntaremos su número de zapato. Solo lo que importa para definir su paladar y personalidad:
- ¿Qué tipo de sabores suele preferir esa persona?
- ¿Le gustan las bebidas de intensidad suave o con carácter?
- ¿Su estilo es más bien clásico o atrevido?
- ¿Prefiere un perfil más seco o con un toque de dulzor?
- ¿Qué sensación busca en una bebida: suavidad o una explosión de sabor?
Con tus respuestas, destilamos una ginebra que representa a esa persona mejor que cualquier retrato.
2. Diseña el mensaje. Elige la botella que mejor hable de su estilo. Transparente, metálica mate o brillante. Aquí no eliges una etiqueta, la conviertes en tu lienzo: ¿su nombre, una fecha especial, una dedicatoria, un mensaje oculto? Lo que tú quieras.
Aquí no hay stock. Aquí hay intención.
3. Provoca la emoción. Recíbela. Entrégala. Y observa su reacción al descubrir un regalo pensado por y para esa persona.
Porque esta ginebra no se copia y no se repite. No es un regalo cualquiera, es su regalo. Y eso lo hace infinito.